Wilhelm Friedrich Nietzsche

No hay ninguna descripción de la foto disponible. ¡Y guardate también de los asaltos de tu amor! Con demasiada prisa tiende el solitario la mano a aquel con quien se encuentra.

A ciertas personas no te es lícito darles la mano, sino sólo la pata: y yo quiero que tu pata tenga también garras.

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