El Mito de Tánatos.
En la mitología griega, Tánatos es el dios de la muerte no violenta que se representaba como un joven alado y barbado cuyos atributos generalmente eran una mariposa, una corona y/o una antorcha invertida en sus manos.
Hijo de Nix y hermano gemelo de Hipnos, Tánatos regalaba el descanso de la muerte con un suave toque, tal como lo hacía Hipnos con el sueño. Mientras que la muerte violenta estaba a cargo de sus hermanas las Keres, que sobrevolaban los campos de batalla.
Según las leyendas, Tánatos e Hipnos discutían por las noches, ya sea por quién se llevaría a cada hombre, o por qué Hipnos anulaba a los mortales con el sueño, imitando levemente el poder de su hermano.
Tánatos actuaba cumpliendo el destino que las Moiras dictaban para cada mortal. En un episodio, Admeto, rey de Feres en Tesalia, obtuvo ayuda de Apolo para convencer a las Moiras de aplazar la muerte de Admeto si lograba encontrar a alguien que muriese voluntariamente en su lugar. Cuando el día llegó, sólo su esposa Alcestis se ofreció a morir por él y Tánatos fue el encargado de llevarla al Inframundo.
Pero Admeto se arrepintió y le pidió ayuda a Heracles, quien retuvo al dios de la muerte por la fuerza y lo trató de convencer de que esperase a que a la joven le llegase su momento de forma natural. Tánatos odiaba estas jugarretas de los dioses que interferían sus funciones pero acabó liberando a Alcestis, sin dejar de reclamar el respeto debido e incluso fue capaz de llevarse al mismo Heracles cuando le llegó su turno.
A pesar de la importancia de su rol, Tánatos no es un gran protagonista en la mitología griega, aunque si ha participado en varias leyendas, quizás por la presencia de Hades, el dios de los muertos, quien sí obtuvo una gran popularidad. Sin embargo, podemos encontrarnos con episodios que involucran tanto a Tánatos como a su hermano, pues ambos eran famosos por ser obedientes, responsables y rápidos en sus trabajos
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