Alejandra Pizarnik, Que alejen el agua y el vino, poemas no recogidos en libros 1956-1960
Que alejen el agua y el vino que mi llegada sea la señal exacta de su alejamiento que mi boca sedienta sea la bandera, el signo, la rama venenosa, la orden ardiente, la hora, en fin, de detener el diluvio, de esconder las fuentes, de hacer carbón del agua, cenizas del vino. Que alejen los frutos mágicos que los labios ebrios sólo encuentran lo candente, que seas de azufre, y tu cuerpo sea de llamas sobre un cuerpo de agua.