Miguel Ángel
Una de las obras cumbres de la humanidad, encierra mensajes esotéricos que apuntan hacia un código de activación en el cuerpo humano.
Es necesario volver a entender a Miguel Ángel como un pintor ocultista.
Astutamente ocultas de los Papas e incontables estudiosos religiosos, por siglos desapercibidas en su representación de la divinidad.
Una especie de nuevo "Código Da Vinci"
Críticos de arte desde tiempo atrás se han mistificado por las irregularidades anatómicas en el cuello de Dios y la iluminación discordante del panel.
Torpezas casi irreconciliables con la maestría de uno los más grandes anatomistas de la humanidad.
Por esta misma razón Suk y Tamargo argumentan que no se trata de un error sino de un mensaje oculto intencional, ya que en ningún otro sitio se observa un error así, menos de tal torpeza.
No es un secreto que Miguel Angel y la Iglesia Católica tuvieron sus desavenencias.
El artista fue repelido por la opulencia y corrupción de la Iglesia.
Dentro de su obra maestra, en sus dos autorretratos, se autorepresenta torturado. Le da su rostro al mártir San Bartolome, y a la cabeza de Holofernes, quien fue seducido por Judith y decapitado.
La pintura al fresco que el renacentista Miguel Ángel realizó entre 1508 y 1512 como parte de las obras de la Capilla Sixtina, representa el episodio del Génesis, el primer libro conocido en el Antiguo Testamento en el que se describe “la creación del mundo y del hombre por obra de Dios”.
Como coetáneo de Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel tuvo especial interés en la anatomía humana y los desnudos.
Diseccionó cadáveres para estudiar el cuerpo y su estructura, y los conocimientos obtenidos los llevó a sus obras.
Miguel Ángel pintó a Dios visto desde abajo, en escorzo y con los brazos levantados.
Sobre él parece que el cielo se abre y las nubes dejan pasar la luz, aunque ésta sólo apunta a una dirección, dejando una zona en penumbra. Suk y Tamargo descubrieron que justo en el cuello, en la extensión de la garganta, se puede ver la representación precisa de la médula espinal y un aparente cerebro humano.
Para los neuroanatomistas Miguel Ángel encriptó en el cuello un cerebro en el que se identifican un quiasma óptico, el puente troncoencefálico, llamado puente de Varolio, el lóbulo temporal, las pirámides del bulbo raquídeo y un pedúnculo cerebral.
Pero no sólo es la identificación de un cerebro lo que este par de investigadores, señalan.
En el manto que viste dios y cae sobre su torso se aprecia lo que parece la médula espinal, misma que asciende hacia su cuello y se conecta con el cerebro.
Miguel Ángel hizo una declaración visual de que no es gracias a dios que el hombre es poseedor de razón e inteligencia, sino, que es por la estructura regida del cerebro.
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