Arantxa Romero | Tres cucharadas de fuego
"Cada mañana
tomo religiosamente
me ayudan a calcinar
las letras muertas
de la garganta
a guardar silencio
mientras las demás bocas
chapotean en la esterilidad
de su discurso
escuece el estómago
y huelo a víscera quemada
pero me golpeo fuerte en el pecho
y sube incendiado el verbo
afilo cada palabra
con la punta de la retórica
lengua
la
tensar
y".
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