—Creo que hay una gran diferencia entre estar enamorada y estar verdadera y perdidamente enamorada de alguien —dijo ella. —¿Y cuál es la diferencia? —le pregunté. —Que estando enamorada, una a veces puede buscar excusas para no salir con su chico. Ya sabes, quieras o no, en algunas ocasiones las salidas tienden a agotarnos. Ahora... Eso no significa que no te quieran. Simplemente hay personas así. Pero... —se detuvo por un momento— ¡Vamos! Cuando uno está en verdad, jodidamente enamorada de alguien, esas razones no existen. Más bien sacamos excusas de cualquier parte, solo para ver más tiempo y de cualquier manera a esa persona que amamos. —Ya veo —le dije—. Supongo entonces que el tiempo que uno pasa al lado de alguien es importante. —¿Importante? ¿El tiempo? ¡Dios mío! —se rió Layla —cuando una está enamorada el tiempo ni siquiera existe. Los enamorados se vuelven como dos borrachos dormidos en la acera. Solo la resaca de tanto amor nos puede despertar.
En la mitología griega, Tánatos es el dios de la muerte no violenta que se representaba como un joven alado y barbado cuyos atributos generalmente eran una mariposa, una corona y/o una antorcha invertida en sus manos. Hijo de Nix y hermano gemelo de Hipnos, Tánatos regalaba el descanso de la muerte con un suave toque, tal como lo hacía Hipnos con el sueño. Mientras que la muerte violenta estaba a cargo de sus hermanas las Keres, que sobrevolaban los campos de batalla. Según las leyendas, Tánatos e Hipnos discutían por las noches, ya sea por quién se llevaría a cada hombre, o por qué Hipnos anulaba a los mortales con el sueño, imitando levemente el poder de su hermano. Tánatos actuaba cumpliendo el destino que las Moiras dictaban para cada mortal. En un episodio, Admeto, rey de Feres en Tesalia, obtuvo ayuda de Apolo para convencer a las Moiras de aplazar la muerte de Admeto si lograba encontrar a alguien que muriese voluntariamente en su lugar. Cuando el día llegó, sólo su esposa Alces...
Atila gobernó el mayor imperio europeo de su tiempo, desde el 434 hasta su muerte en el 453. Fue el último y más poderoso caudillo de los Hunos, tribu procedente. Nació en el 395 d.c., en las llanuras danubianas. Su religión : tengrianismo. Atila, el último y más poderoso rey de los Hunos fue uno de los enemigos más terribles a los que el imperio romano tuvo que hacer frente. Conocido en Occidente como El azote de Dios llegó a sitiar Constantinopla y a punto estuvo de conquistar Roma. Pero el destino no le reserva al feroz guerrero una muerte digna, sino que su último aliento lo exhala en la alcoba. Se casó Atila con Ildico, una joven robusta y muy bella en un palacio de madera a orilla del río Tisza a comienzos del año 453. La fiesta se prolongó entre litros y litros de vino, hasta que los recién casados se retiraron a sus aposentos. Allí pasaron su noche de bodas hasta que el sueño derrotó al rey de los Hunos, que nunca más volvió a despertarse.. El temido guerrero se habla ...
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